Nuestra mente se parece mucho a un gran océano. A veces está en calma y liso como un espejo y puedes ver las profundidades y en otro momento se convierte en una masa de remolinos violentos con olas gigantescas.
Lo mismo pasa con nosotros. Los cambios de humor y las emociones pueden aparecer de un momento a otro… es algo perfectamente normal que nos pasa a todos nosotros.
Para aprender a tener en cuenta “tu tiempo interior” puedes observarlo sin rechazarlo y sin pretender que sea diferente de lo que es en este momento. O sea, sin querer que brille el sol cuando hay una tormenta de lluvia en tu interior.
El parte meteorológico personal
Uno de los ejercicios que usamos cuando trabajamos con niños y que también se describe en el libro “Tranquilos y atentos como una rana” es “El parte meteorológico personal”. Ayuda a los niños y adolescentes a comprender su mundo interior y a aceptar sus estados de ánimo y les ayuda a no dejarse arrastrar por ellos.
Tal como no podemos cambiar el tiempo exterior, tampoco podemos cambiar nuestro tiempo interior. Si hay lluvia está bien, es lo que hay en este momento. Si hay sol también está bien. Igual que sucede en el exterior, el tiempo cambia. A veces muy rápidamente, a veces permanece un periodo más largo. Algunas personas tienen un mal humor por la mañana y otras se levantan cantando de alegría.
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