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Consumir alimentos de proximidad es apostar por la salud propia, la de la economía local y la del planeta. Te contamos porqué.

Cuidando tu salud

Los alimentos de proximidad son más frescos, ya que suelen recogerse en temporada y en su momento de maduración puesto que no tienen que hacer grandes viajes para llegar a tu mesa.

Los alimentos que provienen de otros países se recolectan antes de la maduración para que puedan resistir el viaje en contenedores frigoríficos; por ello no tienen las mismas propiedades alimenticias ni organolépticas (olor y sabor).

Es posible que para mantenerse «frescos» hasta la llegada al supermercado también los hayan sometido a algún proceso químico adicional, innecesario cuando compras alimentos de tu región, los cuales llegan a las tiendas en su momento óptimo de consumo, con todos sus nutrientes y beneficios para tu salud.

Apoyando la economía local

Los alimentos de proximidad suelen ir del campo al mercado, incluso puedes comprarlos directamente al productor. El agricultor recibe un precio justo por sus productos y tu puedes comprar mejor calidad a precios competitivos, ya que no hay intermediarios que especulan con el valor de los alimentos.

Si los compras en tu tienda puedes comprar menor cantidad y productos de distintos orígenes, a la vez que apoyas el comercio local frente a las grandes cadenas nacionales e internacionales.

En ambos casos tu dinero es una inversión para el tejido económico de tu comarca.

Sostenible con el planeta

¿Te has parado a pensar cuanto del precio que pagas por un kilo de papayas corresponde al producto y cuanto al transporte desde otro continente?

Cada vez que compramos producto local hacemos un gesto para reducir las emisiones de CO2. Pero no solo eso…

Nuestra demanda de productos exóticos o fuera de temporada hace que las grandes corporaciones adquieran más y más territorio para cultivar alimentos «de moda» o capricho (¿hace falta comer cerezas en enero?); la deforestación o la expulsión de pequeños agricultores de sus tierras es una práctica común para sacarle «rendimiento» a su inversión… cada palmo cuenta para su cuenta de resultados. ¿Quien defiende al entorno y a las personas? Los alimentos de proximidad son, también en este sentido, alimentos más limpios.

El placer de la proximidad

La compra local te da algunas ventajas más… por ejemplo, recuperar sabores de variedades locales que se cultivan en tu comarca y que, dado el poco volumen de producción, su menor tamaño o su aspecto menos atractivo, no puedes encontrar en el supermercado.

Proximidad de los alimentos también es proximidad de las relaciones… recuperar el contacto con agricultores y tenderos, conocer su nombre y disfrutar el momento de charlar y conocer mejor lo que comemos, donde vivimos y a nuestros vecinos.

Os invitamos a disfrutar del vídeo del programa escolar para la sostenibilidad, Agenda 21, sobre alimentación sostenible:

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