Cada persona hace su propio recorrido por la vida. Es bueno que cada uno elige libremente los momentos y los métodos para crecer y aprender.
Cuando se trata de crecer hay que permitir que cada cual creciera a su propio ritmo. No hay que forzar o presionar a nadie en este aspecto. No se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo.
Se puede explicarlo con la siguiente parábola.
Parábola mariposa que sale de su capullo
Una vez, al observar un hombre
como una mariposa
luchaba por salir de su capullo,
con demasiada lentitud para su gusto,
trató de ayudarla soplando delicadamente.
Y en efecto,
el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso.
Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa,
sino una criatura con las alas destrozadas.
Fragmento del libro “¿Quién puede hacer que amanezca?” de Anthony de Mello.
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Fotografía Flickr Mariposa: desdeventadelcharco