Decía Ernst Hemmingway: “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”. ¡Cuánto nos cuesta permanecer en silencio!
Mediante la meditación podemos conectar con el silencio y a través de ello con los tesoros y el maestro que están escondidos en nuestro interior. «Si miras hacia fuera sueñas, si miras hacia dentro despiertas».
El sonido del silencio – cuento Sufi
Un día, mientras permanecía inmóvil como siempre en el mismo sitio, un maestro vio aparecer en el horizonte una especie de bola de polvo. Aquella bola se hizo más y más grande y el sheik pronto reconoció a un hombre que se le acercaba corriendo y levantaba una enorme polvareda.
El hombre, que era joven, llegó hasta el maestro y se postró ante él.
– ¿Qué quieres?
El joven le contestó:
– Maestro, he venido desde lejos a oírte tocar el arpa sin cuerdas.
– Como quieras – le dijo el maestro.
El santo hombre no varió su postura lo más mínimo. No cogió ningún instrumento, no hizo nada. El maestro y el freviente discípulo permanecieron inmóviles. Tras tres días, el joven dejó percibir, quizá por un gesto, una inclinación o un carraspeo, un incipinte cansancio.
– ¿Qué te pasa? – preguntó el maestro.
El joven dudó un poco. Comenzó a balbucear algunas palabras. Para poder ayudarlo, el maestro preguntó:
– ¿No has oído nada?
– No – contestó el joven con voz culpable.
– Entonces, ¿por qué no me has pedido que tocase más fuerte?
Maestro: el sonido está dentro de nosotros, en nuestro corazón. Es cuestión de saber escucharlo.
Cuento del libro «Cuentos Sufis, la filosofía de lo simple» de Omar Kurdi y Pedro Palao Pons
Fotografía Flickr “Desierto”: Miguel Angel Herrero
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Que hermoso cuento!!
Valorar el silencio, la naturaleza , las pequeñas cosas de la vida…
Aprender con un un cuento me remonta a las historias que me contaba mamá.
Gracias por despertar esa sensación.
Gracias a ti Mercedes por visitar nuestra website y dejar tu aportación. Un saludo Joost
los cuentos sufíes son toda una pedagogía para enseñar a los demás secretos de la vida, pero el primero en aprender es …quien los cuenta.
Hermoso msj. El poder aquietarnos y escuchar nuestro cuerpo. Gracias.